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actualitat, internacional, mitjans de comunicació, persones, política
Los países se peleaban por aparecer en las portadas de los periódicos: en su capital había nacido la humana número 7.000.000.000 de la edad contemporánea.
Nadie se preguntaba si, una vez naciera, la niña lograría superar las críticas primeras veinticuatro horas de vida. Si viviría más allá de los cinco años. Si podría ir a la escuela. Si tendría una familia que la amara.
Nadie preguntaba qué soñaría por las noches o si los monstruos acechantes bajo la cama se convertirían en parientes cercenando su inocencia. Qué constelaciones tendría sobre su cabeza al dormir o si la capa de contaminación le impediría llegar a verlas.
¿Tendría motivos por los que andar con paso firme, libre y segura? ¿O la comida que ingeriera se convertiría en espinas al tragarla? A quién le preocupaba que esa niña se quisiera.
Nadie se preguntaba si tendría que empezar a trabajar antes incluso de tener dos cifras de edad. O si, ya de adulta, sería capaz de encontrar algo por lo que valiera la pena cada latido de su corazón.
Me gusta mucho, Cazadora de imágenes/Tejedora de palabras, y me siento feliz porque me has dejado verlo.
Un abrazo tierno
Feliz me siento yo de tenerte por aquí; no quería perder tus palabras, tan acertadas y tan sorprendentes muchas veces. Lina está casi en auge y llueve; tengo tus abrazos y cariños; no se puede pedir más.