Estas primeras noches de marzo es obligatorio mirar hacia el cielo en cuanto cae el Sol. Venus, Júpiter, Marte, Saturno e incluso Mercurio son visibles a ojo desnudo y tienen un brillo especial, una intensidad en su resplandor que les permite seguir siendo distinguibles incluso si el cielo está ligeramente nublado.
La Luna está en cuarto creciente, prácticamente llena, pero aún así los planetas no quedan eclipsados por su luz. Si miramos al oeste, a la izquierda de nuestro satélite, hay dos intensas esferas amarillentas. La más cercana al horizonte es Venus y la que está por encima de ella, en diagonal, es Júpiter. Ambos tienen un bonito color dorado en contraposición con el tapiz oscuro del cielo nocturno.
Poco después del atardecer, justo por debajo de la Luna se ve con claridad la constelación de Orión, con la estrella de Betelgeuse especialmente resplandeciente. Aunque las tres estrellas que forman el cinturón del guerrero, Alnitak, Mintaka y Alnilam, siempre son fáciles de localizar y ayudan a dibujar con rapidez la silueta de esta figura humanoide. Por otra parte, si seguimos la línea imaginaria de una flecha disparada por el arco de Orión, distinguiremos la luz de la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro.
Además, Marte se halla en oposición al Sol, es decir, se halla justo en línea recta entre la Tierra y nuestro Astro Rey. ¡Esto sucede cada 780 días! Y de hecho, Marte es el planeta del Sistema Solar que más tarda en cruzarse así con nuestro hogar. Encontrarlo brillando rojizo en el horizonte, hacia el este, es un hecho excepcional que no debería dejarse escapar.
Finalmente, Saturno es visible a partir de la medianoche. E incluso puede que Mercurio asome la cabeza, siguiendo la estela que dejan tras de sí Júpiter y Venus -pero conseguir verlo sin telescopio, en una ciudad como Barcelona, es una auténtica proeza.
Os dejo dos enlaces para quien quiera saber más sobre astronomía: uno, el de la página web Skymaps, donde cuelgan información actualizada sobre las constelaciones que tenemos sobre nuestras cabezas mientras dormimos. Y dos, la dirección de Stellarium, un programa gratuito de código abierto capaz de mostrar un cielo realista en 3D tal como se aprecia a simple vista, con binoculares o con telescopio. ¡Una auténtica maravilla!
Y para acabar, un time-lapse precioso del cielo de Canarias, uno de los mejores lugares del mundo para contemplar el precioso regalo que cada noche, sin excepción, cubre la bóveda celeste.
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